La cooperativa de mercaderes de la lana de Florencia, encargó a Miguel Ángel en el año de 1501, una escultura para la catedral del mismo país, éste artista se distinguió siempre por realizar trabajos brillantes, pero desde que se le encomendó la realización de esta obra, algo mágico rodaría la construcción de la misma.
El día en que el mármol, material del que está hecha la obra, le fue entregado, no fue escogido por Miguel Ángel como siempre lo hacia sino que eran las sobras abandonadas de otro artista hace 40 años.
Miguel pasa horas enteras para poder concebir en su cabeza la forma y la proyección que su obra debía tener, pero no se le concretaba nada, pensaba en hacer un guerrero que impactara por la fuerza en su mirada, pensó también en un ángel y así mismo llevaría plasmado algo de él en su creación, pero no, nada parecía satisfacerle.
Un sueño que tuvo la noche anterior que empezara a moldear el mármol, le dio la señal de lo que debía hacer, recordó su obsesión de adolescencia por ser un hombre apuesto, pues no era muy perseguido ni las miradas se iban sobre si, se soñó hermoso, hombre y mujeres caían rendidos a sus pies para saciar todos sus placeres, alto, con un cuerpo formado, medidas que coincidían plenamente en la idea del hombre perfecto.
Al despertar tenía clara cual era su misión en el diseño de la obra, 409 cm de altura, esa fue la medida final, cada vez que David tallaba el mármol no dejaba de pensar, quería que las personas no dejaran de ver a ese hombre que el crearía.
Desnudo, con la mirada hacia la izquierda una señal del desprecio ante la gente fea, con los muslos perfectamente diseñados, comenzó a darle forma al ser de piedra, de repente se puso a meditar sobre el tamaño del miembro, pues si su intención era impactar ese punto era de vital importancia, la decisión fue bastante difícil, pues nada tonto dijo que sería aún más controversial, si el hombre de cuerpo perfecto tuviese en pene pequeño, su soberbia le indicaba que él podría sobre pasar aquél mito del tamaño, además que se ajustaba correctamente a las limitantes de la iglesia.
Lo nombró David, él cual era una idea sacada de la historia David y Goliat el escaparte ideal para que miguel Ángel plasmara su pasión y frustración de belleza, pues es un David bastante llamativo y la piedra que es el arma con la cual derrotó a Goliat parece estar muy olvidada tras la mano de esta escultura.
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